El Gaudí para la mejor película de producción catalana ha sido para la intensa y emotiva El camí més llarg per tornar a casa , de Sergi Pérez.
La historia que cuenta esta modesta película en
presupuesto y grande en logros, merecidamente reconocida anoche por la
VIII edición de los Gaudí, se puede resumir así: una mañana Joel
(Borja Espinosa) encuentra a Elvis, el perro de su mujer, moribundo;
quizá por su culpa, y, con el perro en los brazos, inicia un periplo que
lo llevará de dolor en dolor...Elvis, pues, el perro, es uno de los grandes
protagonistas del filme, y uno de los personajes que más sufre –que no
el perro que lo interpreta: Sergi Pérez, su director, propietario de
perros él mismo, asegura que no se lo pasó mal durante el rodaje– en
esta película de sufrimiento y duelo.
El camí més llarg..., hecho con mucho voluntarismo –a lo
largo de dos años, en fines de semana muchas veces– y poco presupuesto,
consigue el gran premio de la noche de los Gaudí pero ninguna más de las
cinco estatuillas a las que aspiraba.
Anoche
los ganadores fueron, de forma indirecta, sin reconocimiento tácito en
el palmarés, los perros. Porque
Truman
, la otra ganadora de la velada, se llama así precisamente, Truman,
en honor a un perro: el chucho que está, de nuevo, en el centro del
drama. Julián (Ricardo Darín, que no asistió a la gala) y su amigo Tomás
(Javier Cámara), acompañados de Truman, el perro, comparten en el filme
cuatro intensos días en los que la muerte planea al fondo de sus
andanzas, que son en realidad una celebración de la vida.
A la vista del palmarés de los Gaudí de anoche, se puede decir pues que la emotiva película de Cesc Gay, también de adioses como El camí mes llarg...,
se erige como la indiscutible ganadora. En cantidad de galardones por
supuesto. Seis estatuillas, nada menos. Incluso se puede decir más:
Truman
arrasa.
Arrasa por número de premios.
Pero también por reconocimiento mediático de esos seis galardones
conseguidos. El más destacado, el ya citado de mejor película en lengua
no catalana, que se considera la otra mejor película de la velada. Los
Gaudí son así de abundantes. Donde otros premios, Oscar incluidos, sólo
tienen una ‘mejor película’, los Gaudí tienen dos categorías al
respecto.
Truman se alza también con el premio al mejor director, mejor
guión (para Cesc Gay y Tomàs Aragay) y mejor protagonista masculino,
para el argentino Ricardo Darín. Asimismo, se lleva los premios para los
dos actores de reparto: el femenino, para Dolores Fonzi, y el masculino
para Javier Cámara.
Todos las categorías en los Gaudí son importantes,
aunque también es cierto que hay categorías –las denominadas artísticas–
que tienen más brillo mediático que las otras, y los galardones
‘artísticos’ conseguidos por Truman son de los que brillan de verdad.
El rey de la Habana, de Agustí Villaronga, que partía con más nominaciones, doce nada menos, al igual que Anacleto: agente secreto, se hizo anoche con cuatro de los doce premios a los que optaba: montaje, música original, fotografía y vestuario. La citada Anacleto,
de Javier Ruiz Caldera, se llevo cuatro: dirección de producción,
dirección artística, mejor sonido y efectos especiales. Laia Costa, que
no asistió a la ceremonia, se alzó con el premio a la mejor intérprete
femenina por Victoria.
Rosa Maria Sardà fue reconocida en la ceremonia con el
premio Gaudí de Honor Miquel Porter y razones no faltan –sobran quizá–
para este reconocimiento de la profesión. Pero la insigne actriz no pudo
asistir a la ceremonia, por cuestiones de su quebradiza salud. Recogió
el galardón en su nombre, ante la ovación de la audiencia, puesta en
pie, su hijo Pol Mainat.
Para saber más: http://academiadelcinema.cat/es/
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