“Los
héroes de comedia provocan el caos sin darse cuenta”
El
Festival Opera Prima de Tudela comenzó el pasado viernes 27 de
octubre con la proyección de Los
del Túnel en el
cine Moncayo. El director del largometraje, Pepón Montero, y el
productor, Félix Tussell, lo presentaron antes de la rueda de prensa
celebrada en el hotel AC de la ciudad.
Los
del Túnel se estrenó en
enero de 2017. Para el director del festival, Luis Alegre, es “una
comedia original, estimulante y atractiva que recuerda a Amanece,
que no es poco de Luis
Cuerda”.
Pepón
Montero ha sido guionista en series de televisión como Plutón
BRB Nero, Camera
café o
El chiringuito de Pepe.
Por su parte, Félix Tusell pertenece a una familia de productores
españoles y este es su primer largometraje. Tres generaciones han
formado Estela Films, la productora de cine en activo más antigua de
España, fundada el 12 de febrero de 1948.
Pregunta:
El inicio de la película recuerda al final de Pánico
en el túnel de Rob
Cohen con Sylvester Stallone. ¿Cómo surge la idea?
Pepón
Montero: En la primera
temporada de Camera Café había un sketch en el que a una señora
mayor, que trabajaba en la oficina, la secuestraban en un banco y la
tomaban de rehén con otras personas. Cuando les liberaron, quedaban
para cenar todos los viernes, hasta que ella no les soportó más.
Desde
hace años, Arturo Valls y yo queríamos hacer una película juntos y
a él le gustaba la idea de saber qué ocurría con los
supervivientes de una catástrofe tras el final de la película.
Al
principio el protagonista era el policía, pero nos dimos cuenta de
que con un principio poco original se convertía en un película
bastante trillada y vista. Nos acordamos del personaje de Arturo en
Camera Café:
el chistoso. En las películas suele haber siempre un idiota.
Comenzamos a pensar cómo sería la convivencia de los supervivientes
con el idiota. Cómo sería la crisis de una persona así cuando deja
de dar gracia. A partir de ahí desarrollamos la idea.
P.:
¿Cómo muere Norberto? Se habla constantemente de él, pero nunca se
dice cómo ocurrió la tragedia.
P.
M.: La muerte estaba rodada.
Fallece porque toca un cable pelado y se electrocuta. Hay un momento
al final de la película en el que el policía reconoce que no lo
hace por el resto sino por él mismo. Entonces tenía un flashback
y recordaba la muerte de Norberto. Era un chiste en el que el muerto
estaba tirado en el suelo, llegaba el policía y le tocaba la vena
para ver si estaba vivo. Le ponía un espejo comprobando si respiraba
y en el giro del espejo se veía él a sí mismo y se empezaba a
peinar sin importarle el otro.
En
el montaje iba muy pegado a otro chiste y hacía el efecto contrario,
ninguno de los dos tenía gracia. Probamos a quitar el de la muerte
de Norberto y empezaron las carcajadas. El momento lo colgamos en
internet con un concurso porque el público quería saberlo.
P.:
La mayoría de las comedias empiezan muy fuerte y a lo largo de la
película va decayendo el humor. En este caso es al revés, va
ganando en fuerza y chiste en los últimos 15 minutos. ¿Este efecto
se ha construido a propósito?
P.
M.: El efecto nunca sabes
cuál va a ser. El desenlace final produce la carcajada porque
estamos liberando al personaje protagonista. Él sufre una crisis
existencial, y como personaje protagonista que sufre, al final hace
un acto que le lleva a una redención. En este caso no valía porque
era un idiota, no podía encontrar la solución. Por eso, él hace
que se descubra todo al mentir una vez más. Es un acto inconsciente,
lo que provoca la risa. Los héroes de comedia provocan el caos sin
darse cuenta.
Félix
Tussell: Cuando hacíamos la
película, me empapé de las comedias de estos últimos años que
habían funcionado. Había un denominador común: la mayoría de
ellas empezaban con un detonante muy divertido y disparatado que
provocaba muchas risas. Pero a partir de la mitad, la trama decaía
porque se trataba de volver los cabos del inicio y las comedias se
volvían más previsibles y aburridas, perdían interés. Los del
túnel me pareció un gran guion por ese valor diferencial. El tercer
acto, en el que como espectador has desistido de ver ese flashback,
de pronto te arranca muchas más risas. El punto fuerte de la
película es que termina en lo alto.
P.:
Cuando presentasteis la película en La
Ser con Arturo Valls
como protagonista se dio a entender que era un valor a la contra. Sin
embargo, también puede ser uno de los mayores atractivos. ¿Arturo
estaba desde el principio en el proyecto?
P.
M.: Sí, el que inicia esta
película es él. En aquella entrevista se dio cuenta de que se le
había recibido con prejuicios en muchas ocasiones. Para mí es un
actor con una vis cómica y un alma que pocos tienen. Después de ver
tantas veces la película, me quedo con su mirada. Creo que la
comedia es lo más difícil de hacer.
F.
T.: Ha habido dos tipos de
reacciones. Por un lado, los que pensaban que iba a ser algo más
televisivo, y por el otro, los que son muy fan de ese estilo y han
visto que no era del todo así.
P.
M.: Tenemos que aprender a
vencer los prejuicios. De eso se quejaba Arturo en la entrevista.
P.:
¿Qué sensaciones habéis tenido al trabajar en este debut?
P.
M.: Creo que el formato más
difícil es la hora y media de cine. Es muy difícil hacer películas
redondas. La otra dificultad era el rodaje, saber que casi no tienes
tiempo y tienes que terminar de filmar todo. Terminas muy cansado,
pero siempre quieres hacer más.
F.
T.: Fue una locura hacer como
opera prima una comedia con 14 actores, extras, drones, la secuencia
de la catástrofe, el túnel... Es muy ambiciosa, pero al ser una
película difícil aprendes más. Venía de producir cortos y no
pensé que fuera a ser tan difícil.
Entrada realizada por: SUSANA JIMÉNEZ, ex alumna del IES Alhama que actualmente está cursando 2º del GRADO de COMUNICACIÓN AUDIOVISUAL Y PERIODISMO en Madrid
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