Que una reseña del clásico medieval El Conde Lucanor, del infante Don Juan Manuel, llegue en nuestros días a 86.298 personas es una grata sorpresa. Que otra sobre Matar a un ruiseñor, de Harper Lee, seduzca a 858.155 lectores, tanto o más. Y que dos hermanos, uno escritor, logren que sus recomendaciones literarias alcancen a 2.314.270 seguidores parece ya de otra galaxia. Pero es lo que ocurre con los booktubers, un fenómeno de la prescripción en internet que, pese a su carácter audiovisual y juvenil, está empezando a cuestionar más de un prejuicio, sobre todo tras su expansión en español.
Esta historia comienza a 75 kilómetros de Buenos Aires, en la ciudad de Campana. Es de noche, muy tarde; todas las casas están a oscuras, pero una luz se cuela por la ventana del cuarto de Matías Gómez, el único de la familia que está despierto en casa. Es el momento del día que espera con ansias, cuando graba frente a una cámara las videorreseñas bibliográficas que varias horas más tarde sube a su canal de YouTube. No importa la trasnochada: se divierte en el rol del comentarista y sabe que enseguida llegarán los esperados comentarios, su recompensa. "¿Que defina a los booktubers? Somos chicos que decidimos prender una cámara y grabarnos como si estuviéramos hablando solos. Pero lo que queremos, realmente, es charlar con otros chicos que leen, debatir con ellos", resume claramente sus intenciones este adolescente de 17 años
DELIA SESMA, 2º BACHILLERATO B
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